sábado, 23 de julio de 2011
Suicida.
Una vez tuve el deseo de pegarme un tiro
Y elegí cuidadosamente la bala entre tantas,
Hermosa, brillante, plateada, le puse un nombre,
Le deseé y ame como alguien debe amar, desear.
Pulí el arma, lamí la bala y la metí en la recamara,
Corrí la corredera y firme apunte a mi corazón
Jale el gatillo, quemo la piel, cruzo la carne, quebró una costilla,
esquivo otra y lastimo el corazón, salio, entro y se perdió.
A veces la noche trae su silbido y palpita el corazón,
Tal vez enamorada la bala o tal vez no,
Tal vez temerosa la bala tal vez el corazón,
Tal vez solo fue que aquella mañana el pulso me fallo.
Ahora tengo un sentimiento de atracción
Por una lanza que me esta guiñando el ojo
Y una cuerda de seda que va con mi color de piel,
Aun que antes matarme nunca ha sido mi intención.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario