jueves, 3 de noviembre de 2011

El primer eslabón.


El primer recuerdo integro de mi madre en lo remoto de mi mente me hace recordar felizmente a su piel blanca, suave, placida y tibia llena de protección y seguridad, después el siguiente recuerdo es cuando me llevaba  al kinder  en mi uniforme de peto a cuadritos azules y blancos con un suéter color azul cielo me gustaba mucho recuerdo que el nombre de el color fuera ese  “azul cielo” me gustaba mucho mirar el cielo y las nubes avanzar lentamente, creo que viene de que de pequeños pasa uno  mucho tiempo boca arriba, me sentía tan orgullosos de caminar de la  mano de la mujer mas hermosa en el universo por toda la banqueta de la calle donde vivíamos, llegar a la esquina y tomar un puñado de frutillas de piracanto que son como diminutas manzanas color naranja olerlas todo el camino hasta el kinder y hay en la puerta despedirme de ella dándonos besos  con una promesa increbantable en sus ojos de volver a estar juntos me entregaba  a la mano de la maestra que ya no recuerdo, después solo recuerdo una alberca y un arenero de lleno juegos metálicos de muchas capas de pintura de diversos colores pastel que delataban por cuantas generaciones de niños debieron de haber pasado librado batallas innumerables.
el timbrazo de salida me sorprendía siempre y la felicidad que estallaba en mi era demoledora  a veces recuerdo salían mis lagrimas de tanta felicidad por ver a mi madre, corríamos todos los chamacos a el encuentro de las mamas yo recuerdo que siempre libraba una competencia de carreras con un amigo de nombre Hugo pecoso y wero de esos que llaman de rancho para ver quien llegaba mas rápido a su madre, yo siempre gane (por lo menos eso me gusta recordarlo así), recuerdo besar a mi madre y ella a mi para rápidamente después de tan glorioso rencuentro caminar apresurados a la torti-recaude-jugue-dulceria (lo juro era todo eso junto) que era vecina del kinder para de hay tomar  el kilo de tortillas envuelto de una muy bonita  y coqueta servilleta bordada por mi madre con flores y frutitas diminutas que previamente e inteligentemente bien calculado había encargado con la dueña (ese era un beneficio de ser pariente de ella) mi madre tomaba una tortilla calientita le ponía un poco de sal y me la daba (era algo que siempre y hasta la fecha me gusta comer en el momento de comprar tortillas) así el mirar los caprichos de mis compañeros por los dulces y juguetes que hay vendían me era extraño siempre y mientras yo comía mi tortilla a pequeñas mordidas rápidas para no dar tiempo a enfriarse y miraba los pataleos y berridos de algunos mientras mi madre platicaba con alguna vecina o madre de algún caprichoso y arrebatado chamaco.
Después caminábamos hasta la primaria y hay esperar junto ha ellas la salida de mis hermanos yo muy orgulloso de tener una madre tan bonita y altiva, mi hermana salía primero serena muy sobria para una niña de esa edad y mi hermano mayor tardaba un poco mas para salir trastrabillado y empujándose de sus compañeros que a mi parecer yo miraba grandes ágiles y rudos, igual recuerdo con mucho orgullos y felicidad de ver a mis hermanos, así  después de tomar cuentas brevemente de los logros académicos de mis hermanos del día mi madre nos tomaba la mano a mi y a mi hermana ponía en las manos de mi  hermano mayor la bolsa de recaudo o las tortillas y así juntos caminábamos hasta la casa que recuerdo estaba en la cima de la calle, esa era otra felicidad del día llegar a casa juntos sanos y salvos para así sumar otra eslabón a la cadena de felicidad y recoger a mi hermano mas pequeño de la casa de mi tía Raquel (hermosa y gran mujer hermana de mi madre y de quien únicamente de ella escribiré su nombre aquí) otro eslabón mas era la llegada de papa en la tarde noche casi las 7pm recuerdo, un buen día esa cadena de felicidades diarias se sextuplico con un eslabón mas al saber que vendría un hermanito mas, el rostro de mi madre lucia mas bello mas hermosa y mas tierno de lo normal y muy luminoso, el de mi padre recuerdo se borro esa cara de cansancio feliz de llegar a casa por uno de sorpresa y felicidad que la hizo abrir los ojos arquear las cejas una mas arriba que la otras con una tímida sonrisa .

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